martes, 20 de noviembre de 2007

CINE ARGENTINO, UN VISTAZO AL BUEN GUSTO.


Costa Rica es un país en donde aprendí incluso a apreciar buen cine, de esta manera la curiosidad me introdujo de a poquito en ese mundo de la cuarta pared… esa donde se refleja la maravilla de la creación humana y a la unísona voz del director: “Luces, cámaras…acción…” todo un universo de fantasía recreada en historias de amor, de pasión, dramas, sufrimiento… alegría, dolor… se conjuga en una serie de factores importantísimos para lograr captar la atención de un público por demás exigente… Es así como al comienzo de mi adolescencia… ya conocía algo de cine… sabía distinguir entre una película buena, con clase, con argumento, una buena historia, de aquella que con solo el título ya se percibía que sería un rotundo fracaso cinematográfico. Fue en esa época que en la sala Garbo, bautizada así en honor de la maravillosa y desaparecida actriz Greta Grabo, se exhibieron muchos festivales de cine… Inaugurándose con las proyecciones de la ya mencionada actriz, las estupendas películas de grandes directores, citando por ejemplo a Federico Fellini, Alfred Hitchcok, Roman Polansky, George Lucas, etc.; los Festivales de cine Alemán, Francés, Italiano, Brasileño…etc., y por supuesto no podía faltar el Festival de cine Argentino… porque en Argentina se hace cine, se crea cine, se manifiesta el cine y a mi, me encanta el cine argentino…!!
Argentina es uno de los dos países latinoamericanos con tradición cinematográfica, cuyos comienzos datan del siglo XX. Su producción cinematográfica nacional alcanzó una madurez técnica, temática y actoral que conquistó al público local y obtuvo el reconocimiento internacional. Casi 600 distinciones acreditan este desarrollo.
El Salón Nacional fue el primer cine del país. Construido en 1900, propiedad de Gregorio Ortuño y Cía. Por entonces, unos pocos teatros exhibían películas, generalmente de producción propia. Las primeras películas estrenadas en Buenos Aires consistieron en breves tomas de paisajes urbanos y escenas militares. En 1898, apareció "Paseantes en bicicleta por Palermo" y dos años después, "Revista de tropas el 25 de Mayo". En 1915, se realizó “Nobleza Gaucha”, de Humberto Cairo, el mayor éxito del cine mudo argentino. En 1917 debuta en el cine Carlos Gardel con “Flor de durazno”. En la década de 1930 se construyen los estudios Liminton y Argentina Sono Film. Proliferan las películas con temas de tango, como “Los muchachos de antes no usaban gomina”, de Manuel Romero, con lo que se echan a la bolsa el mercado latinoamericano. En 1942 se alcanza la mayor producción de películas, con un total de 57 títulos. Pero lastimosamente los Estados Unidos boicotean el cine argentino con la escasez de película virgen. De esta manera la industria argentina del cine pierde notablemente el mercado latinoamericano en beneficio de las producciones mexicanas, que también denotan evidente calidad cinematográfica. Aunque el gobierno promulga un decreto de exhibición obligatoria de películas nacionales, la crisis continúa y se agrava con las guerras intestinas entre las principales productoras. A finales de la década de 1940 se cierran varios estudios. A partir de entonces, el cine argentino recibe subvenciones, pero la pérdida de los mercados exteriores pesa demasiado. En 1950 se construyen los estudios Alex, pero para entonces muchas productoras habían quebrado. Surge a pesar de todo un intento de fusión entre los cineastas mexicanos y los argentinos, es así como en 1955 fue invitado Emilio Fernández, el gran director mexicano, para realizar “La Tierra del Fuego se apaga”. En los años sesenta apareció lo que se llamó nuevo cine argentino, con películas como “Alias Fardelito” (1961), de Lautaro Murúa. El gran cineasta argentino Torre Nilsson realiza una nueva versión de “Martín Fierro” en 1968. En la década de 1970 hay un leve repunte de la industria argentina del cine encarnada por producciones independientes y con temáticas distintas a las tradicionales de tangos y gauchos, como “La fidelidad” (1970), de Juan José Jusid, con el actor Héctor Alterio, que después ha trabajado en el cine español; “La Patagonia rebelde” (1974), de Héctor Olivera; “La Raulito” (1975), de Lautaro Murúa; “La parte del león” (1978), de Adolfo Aristarain, que dirigiría también “Tiempo de revancha” (1981), con el actor Federico Luppi; “Momentos” (1980), de María Luisa Bemberg, y “El arreglo” (1983), de Fernando Ayala. Después de un periodo de cierto estancamiento, en los últimos años el cine argentino ha experimentado un renacer con autores como Eliseo Subiela “No te mueras sin decirme a dónde vas”, 1995. “Tango”, Dirigida por Luis Moglia Barth, en 1933, fue el primer filme con banda de sonido en la película fotográfica. Libertad Lamarque y Alberto Gómez fueron sus figuras; “La Guerra Gaucha” marcó un hito en la cinematografía argentina. Dirigida por Lucas Demare, en 1942, tuvo un elenco de notables figuras: Enrique Muiño, Angel Magaña, Amelia Bence y Francisco Petrone. El espectáculo del cine, organizado por las grandes distribuidoras extranjeras, alcanzó en la década de 1940 su esplendor comercial con 2.190 salas en todo el país. La producción nacional, escasa y de bajo presupuesto no podía competir con ella. En 1944, el Estado comenzó a subvencionar a la industria local. No todo era romance y tragedia en la pantalla nacional. En la década de 1950, el género de terror se ganó un sitial entre las preferencias del público.
Entre los Grandes Directores puedo mencionar a: LEOPOLDO TORRE NILSSON. Quien llevó al cine novelas como “Boquitas Pintadas”, de Manuel Puig; “La guerra del cerdo”, de Adolfo Bioy Casares y “Los siete locos” de Roberto Arlt, quien dirigió a Alfredo Alcón, uno de los grandes actores argentinos; HUGO DEL CARRIL, actor y cantante, en 1949 se inició en la dirección cinematográfica con “Historia del 900”. Realizó 15 filmes, entre los que se destacó “Las aguas bajan turbias” (1952), donde también actuó; FERNANDO AYALA. Se inició en 1955, con “Ayer fue primavera”. Entre sus obras más importantes están Plata Dulce y El Jefe; HÉCTOR OLIVERA. Se inició como ayudante de filmación de “La gran tentación”, en 1948. Desde entonces, su incursión en el cine incluyó la producción, el guión y la dirección en más de 50 filmes. En 1974 dirigió “La Patagonia Rebelde” con Luis Brandoni, Federico Luppi, Pepe Soriano, Héctor Alterio y Osvaldo Terranova, entre otros. Fue una producción que abordó con singular crudeza uno de los episodios trágicos de nuestra historia.; LUIS PUENZO. Con “La historia oficial” abordó el tema de la desaparición de niños durante la última dictadura militar. Interpretada por Norma Aleandro y Héctor Alterio, fue el primer filme argentino en obtener, en 1986, un Oscar de la Academia de Hollywood.; LEONARDO FAVIO. Debutó como realizador con “Crónica de un niño solo”. En 1973 estrenó su mayor éxito “Juan Moreira” con la consagratoria actuación de Rodolfo Beban. MARÍA LUISA BEMBERG reivindica en sus filmes el prosanismo femenino. Camila y Yo, la peor de todas (1990), también algunas que mi gusto cinéfilo ha apreciado son: “Pizza, Birra, Faso”, de Bruno Stagnaro y Adrián Caetano (1997); “Mundo Grúa” de Héctor Trapero (1999); “Nueve Reinas” de Fabián Bielinsky; (2000), en el mismo año “La ciénaga” de Lucrecia Martel, capta mi atención, y la última que he disfrutado es “El Hijo de la Novia” de Juan José Campanella (2002)
Se me antoja una noche de buen cine… palomitas de maíz…una soda… ¡y a disfrutar de una buena película…!!!
2005

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